Aunque mucho se ha gastado mucho queda aún;
y si bien no tenemos ahora aquella fuerza que en los viejos tiempos movía tierra y cielo,
somos lo que somos: corazones heroicos de parejo temple,
debilitados por el tiempo y el destino,
más fuertes en voluntad para esforzarse,
buscar, encontrar y no rendirse.
lunes, 15 de febrero de 2010
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