No te vayas sin decir te quiero.

Hoy me siento gris. Extraño a mi abuelo Ángel (a el le debo mi segundo nombre), ya hace 10 años que se fué de este plano, pero últimamente lo he traido presente.

Al día de hoy todavía está con nosotros su esposa; mi abue Neme, es una ancianita mágica de 89 años, toma cerveza, dice majaderías y su gusto culposo es ver la lucha libre mexicana. La abuela nos cuidó de niños y siempre estuvo al pendiente de nosotros, jamas nos puso una mano encima y se dedicó a vernos crecer y guiarnos. Una experta en herbolaria, siempre sabía que remedio natural ofrecerte para aliviar tus males, y también una excelente cocinera, hoy sigue preparando la comida que al día comen ella y mis primos.

El abuelo por su parte, era todo un personaje, con una personalidad impresionante, lleno de vida, siempre contaba el relato adecuado y tenía la palabra perfecta en todo momento, cargaba a todos lados su acordeón y la guitarra estaba siempre a la mano para cantar una canción revolucionaria, de dominio popular o inventada para cambiarte la cara en un dos por tres, en su cuarto tenía al fondo colgada toda la ropa que le llevábamos, pero jamás la usaba (No era de marcas, y era terco a más no poder), en sus pies llevaba sus huaraches couture que el confeccionaba; los calzaba sin importar el tipo de clima, y en su cuarto escondido se encontraba un refrigerador inservible lleno de dulces para ofrecerle a sus nietos. No pararía de contar las histrorias que escuché de viva voz y que pedía me repitiera una vez tras otra.

Esta super pareja se encargó en parte de educarme cuando fuí un mocoso precoz, y mis papás eran parte del mainstream educando niños ajenos. Las mañanas en su casa eran las más naturales, rodeados de plantas y flores en el patio, y las noches de verano eran las más frescas acostados en hamacas sin ruidos que interrumpieran el sueño.

Aprovechen a los suyos mientras estan en este plano, díganles te quiero, abrácenlos, bésenlos, pasen tiempo de calidad con ellos. Por que no sabemos dónde estaremos el día de mañana. Estoy tranquilo, estuve al lado del abuelo hasta su último día y todo se lo dije en vida, al día de hoy lo hago con mi abuela también.

No se vayan sin decir: Te quiero.


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