lunes, 11 de abril de 2011

Carta desde el escritorio de un intolerante a la lactosa.

No se ustedes, pero quien me conozca sabe que soy "algo" intolerante a varias cosas (Personajes llamativos, risas alocadas, perfumes intoxicantes, etc), desafortunádamente hay una que viene desde nacimiento y no tiene que ver con usos y costumbres de la sociedad, me refiero a la horrenda intolerancia a la lactosa.


Recuerdo una infancia llena de productos de soya, acompañada con mañas al comer, y una abuela consentidora que jamás me juzgo por no comer lo que los demás, crecí sin vasos de leche y pedazos de queso "El niño no lo quiere, porque huele feo, no le den". Pasó el tiempo y solito me armé de valor, dije "Véngase el queso a mí", lo fui incorporando en la dieta, crecí y los malestares estomacáles que me aquejaban fueron adjudicados a una gastritis. De esta manera transcurieron los últimos 15 años de mi vida, y hace 1 año a prueba y error me di cuenta que era intolerante a la lactosa. Lo mejor fué la manera en que lo corraboré, platicando con mi madre salió el tema a relucir y ella confirmó la teoria: "Si hijo, tu eres intolerante a la lactosa, fuiste criado con leche de soya". Gracias mamá, pude haberme evitado medicamentos y un montón de malestares.

Después de esta confesión madre-hijo; fuí eliminando de mi mundo a los lácteos: Adiós al queso, la leche, el yogurth, la crema, la nata, y cualquier producto o platillo donde la lactasa ande de metiche (Porque su servidor, es intolerante al 100%, no puedo comer ni un gramo porque exploto). Lo mejor es que al eliminar estos productos se fueron mis penas. No más dolores de estómago, adiós a las inflamaciones, vómitos, eructos, gases, diarreas, etc. (Eso sufrimos los intolerantes). Lo peor es que me he dado cuenta que en la dieta del norteño el queso es parte fundamental, en los restaurantes les encanta ponerle queso a todos los platillos (y papas, pero de ellas no me quejo, solo yo cambio las guarniciones para comer papas a la francesa con puré de papa).

Este boom de los lácteos se ha extendido hasta a los postres, pay de queso, betún con queso, pastel de nieve. Exijo un mundo donde los lácteos no sean parte esencial. Ya viene mi cumple, y pediré un pastel como debe ser: Pan, y betún piñatero. ¡Qué son esas mariconadas de queso sobre una cama de nieve, con topping de filadefia y parmesano espolvoreado! Lo he sacado y me siento mejor.

Si, soy Miguel y soy intolerante a lactosa.


Track del momento: El perro mordiendo su vasija porque quiere agua. (No hay música de fondo)

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