miércoles, 1 de diciembre de 2010

Ya va llegando Diciembre y sus posadas.

Contrario a lo que muchos puedan pensar, me gusta la navidad.

No me vengan con esos alegatos radicales de consumismo, religión y demás. Simplemente mi familia es disfuncional, y cuando era niño, era una de esas noches en la que podíamos estar en paz.

Recuerdo que entre mi hermana y yo montábamos el pino navideño, tiempo después me fueron delegando esta actividad "Debido a mi buen gusto y el derroche de creatividad". Visitábamos a los abuelos, comía colaciones, caña y tomaba ponche calientito.

Desafortunádamente los últimos años mis hermanos han tenido una serie de diferencias y mi madre se estresa pensando si sus hijos van a sacrificarse esa noche o podremos llegar al momento de abrir los regalos sin derramamiento de sangre. En la familia tenemos el caracter muy fuerte, y si a eso le agregamos la carga emocional de cada uno, obtenemos un coctel muy interesante.

A la fecha me gusta apoyar a mi sacrosanta con los preparativos, y ayudarle a servir la cena calientita, solo con ver las sonrisas de mis sobrinos vale la pena el esfuerzo. Al cabo ellos están chiquitos e inocentes y no tienen culpa de las acciones de los adultos.

En tres semanas veremos si la tregua sigue en pie.


Track del momento: Es mejor así, Maria Daniela y su sonido lasser.


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