lunes, 21 de marzo de 2011

Confidente de secundaria

Hace días recibí una invitación vía "Facebook" de una reunión de los compañeros de la secundaria. Al principio me emocioné, pregunté quienes asistirían porque no había visto los asistentes y tampoco había visto la fecha del evento.

Después empecé a revisar la información de la reunión, vi la lista de invitados (algunos felizmente casados, otros con unos kilos de más, otras cargando a sus retoños orgullosamente), y empecé a recordar las anécdotas de la época. Debo admitir que siempre fui diferente a la media estándar, cuestión de educación familiar, gustos personales, preferencias, llámele como quiera, y el paso por esa etapa escolar llena de cambios hormonales y grupos sociales no fue una experiencia tan grata como para volver a recordar. Relacioné anécdotas con los rostros de los invitados y empecé a realizar el recuento de los daños.

No niego que me gustaría saludar a uno que otro compañero que desde ese entonces mostró madurez suficiente como mantenerse en territorio neutral y ser políticamente correcto. Pero la realidad es que de este grupo de 50 personajes que estudiamos juntos, sigo en contacto con solamente 3 personas, hemos crecido juntos, nos hemos recargado en el hombro del otro para llorar, celebramos fechas especiales y mantenemos comunicación constante, del resto del grupo se pocas cosas, o absolutamente nada.

No soy una mejor o peor persona que el resto de mis compañeros, simplemente tomamos caminos diferentes y por algo no hemos mantenido contacto directo. Casualmente esa noche tengo el cumpleaños de una amiga y su esposo, y no podré asistir a esta reunión, no es un as bajo la manga, es el modo en que las cosas son. Prioridades tengo y este re-encuentro tardío no es una de ellas.

Track del momento: Los perros del vecino ladrando (No hay música puesta en este momento).

1 comentario:

  1. Pero en medio de aquellos días de incomprendida adolescencia, sol de 40 grados en ese patio infame, agradezco haberme topado con tu mirada en aquella asamblea y descubrir con alvio que no era la única distinta, que había alguien que realmente entendía mis pensamientos y locuras... y lo mejor es que no solo fué en esa etapa, si no para toda la vida!

    Te quiero Maik!!!

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